En la mente del hombre... #3
Supongo que nunca es tarde para venir a hablarles de lo que para el hombre significa su primera cita, o su primer gran amor. En la mayoría de las ocasiones es la mujer, la que en el primer beso de los hombres intercede, suele ser ella la que se nos acerca y nos quita cualquier miedo. O por lo menos esta fue mi experiencia bastantes años atrás.
Es complicado entender a día de hoy como para el hombre es tan costoso, supongo que por la vergüenza o el que va a ocurrir al dar ese primer paso, ese primer beso a una mujer. Digamos que por mis recuerdos las ganas no eran, por que mi cuerpo se rendía a sus pies, tal vez sería por pensar en aquella primera vez. Todavía recuerdo el día que perdí la virginidad, supongo que no eran los hombres los últimos en pensar sobre la importancia de esto, sino era realmente la mujer la que valoraba esta decisión, para ella la virginidad al principio resultaba como sagrada. Te intentabas acercar, pero su pensamiento ferreo como el hierro impedía cualquier paseo por allí, supongo que eran las prisas del hombre por probarlo, y sus dudas por lo que pudiera ocurrir.
A día de hoy supongo que no me resulta tan importante el pensar en si realmente me mereció la pena haberlo hecho, únicamente me planteo, si realmente hice bien haciéndolo. Supongo que desde aquel día perdemos una visión importante de la mujer, y del significado de amar a una mujer.
Después de meditar durante unos meses, he concluido en que mi vida no la ha mejorado el sexo, sino el amor que sentí que recibía y el amor que me parecía que daba, ahora puedo pensar que a cualquiera de mis lios rápidos, realmente eran fruto de una mente, una mente por entonces inmadura.
Supongo que eso produce, que la primera gran relación sea tan importante, y que por eso el resto de relaciones tengan un pequeño reflejo de aquella primera y que por eso si en esa primera relación hay mentiras o malas acciones, sigue pensando en tu futuro y no te estanques en el pasado sin sentido de tu primera relación todavía es pronto para pensar que nuestro gran amor nunca aparecerá.
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